Con la llegada del mes de julio, en el Congreso de los Diputados teóricamente finaliza el periodo de sesiones. En estos meses se han aprobado leyes, se han debatido iniciativas, se ha ejercido la labor de control al Gobierno por parte de todos los grupos: en definitiva, la Cámara Baja ha realizado su función como poder legislativo. Que haya llegado julio no significa, como no podía ser de otra manera, que se eche el cerrojo a la puerta de la Carrera de San Jerónimo: de hecho, el próximo 8 de julio se va a celebrar un pleno extraordinario en el que se van a debatir tres importantes puntos.
Por un lado, se va a producir el debate de totalidad sobre el Proyecto de Ley de financiación de la Corporación de Radio y Televisión Española, además de retomar un tema de gran importancia: el límite de gasto no financiero del Estado para 2010, después de que el Senado lo rechazara. El tercer punto del orden del día es quizá el más directamente relacionado con las consecuencias de la crisis financiera internacional, la convalidación o derogación del Real Decreto-Ley sobre reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito. Es importante porque se trata de garantizar el futuro del sistema bancario español, que ya ha demostrado que goza de buena salud, en medio de la tormenta vivida por los sistemas financieros de otros países.
Tres iniciativas importantes que no pueden esperar hasta que comience un nuevo periodo de sesiones, igual que no pueden esperar otros asuntos, por lo que durante el mes de julio continúan celebrándose comisiones y, casi con total seguridad, se convocará alguna reunión de la diputación permanente, órgano que representa al pleno en los periodos en los que no hay sesiones ordinarias.
