martes, 17 de enero de 2012

Javier Arenas, el insumiso

El líder del Partido Popular en Andalucía y candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas, ha decidido que eso de cumplir la ley no va con él. El Parlamento de Andalucía aprobó hace ya bastantes meses la ley que impide a los parlamentarios andaluces ejercer como alcaldes. La explicación es clara y lógica: Andalucía necesita de representantes que se centren completamente en su tarea, que no es otra que mejorar la vida de los andaluces y de las andaluzas.

Pues bien, Javier Arenas, el mismo que pretende gobernar esta comunidad autónoma, ha decidido que como la ley no le gusta, se la salta, poniendo en entredicho el compromiso de cualquier fuerza política democrática con la legalidad. La causa de esta insumisión a una ley aprobada por la mayoría del Parlamento de Andalucía es clara: el Partido Popular no tiene quien le represente, no tiene banquillo, y tiene que tirar de alcaldes y alcaldesas. El problema, que afecta directamente al ciudadano, es que si centrándose solo en sus alcaldías no son capaces de gestionar el municipio en estos momentos de crisis, ¿cómo van a hacerlo teniendo que ir cada dos semanas al parlamento? ¿O es que no piensan aparecer por los plenos de la cámara andaluza, al estilo del alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, o del de Córdoba, José Antonio Nieto, o, incluso, del alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya?

Pero hay que recalcar que lo que es tremendamente grave es saltarse la ley y eso es lo que hace Javier Arenas y, además, haciendo gala de ello. Si el candidato del PP en Andalucía no respeta la ley está abriendo la puerta a que cualquier ciudadano se la salte cuando lo crea conveniente. Por ejemplo, no pagando el aumento de IRPF que ha impuesto su partido desde el Gobierno central. ¿O es que Arenas cree que está por encima del ciudadano de a pie y puede saltarse la ley cuando le venga en gana mientras los demás tienen la obligación de cumplirla? ¿Qué sería de la democracia si sólo cumpliéramos las leyes que nos gustan?

Quizá la clave esté ahí, en esa manera antigua, pícara, irresponsable de comportarse dentro de la sociedad, en la que el más listo es aquel que hace trampas para no pagar o para no cumplir con sus obligaciones como ciudadano. Esa es la Andalucía que quiere Javier Arenas.