miércoles, 18 de julio de 2012

Nos arruinan, se enriquecen

Las decisiones que el actual Gobierno está adoptando son básicamente políticas: no deberíamos caer en el engaño. Son decisiones consecuentes con una ideología profundamente conservadora, que le lleva a una actitud servil con los más poderosos a quienes, se diría, únicamente representan.

Amparados en la crisis y con la justificación propagandística de una herencia que no es tal, este Gobierno ha aumentado los impuestos directos a las clases medias y los indirectos a todos; ha congelado el salario mínimo; ha reducido el salario de los funcionarios en más del 7% (que es lo que significa la exclusión de la llamada paga extra de Navidad); ha reducido las aportaciones a la sanidad y a la educación públicas, disminuyendo la calidad de ambos servicios e impulsando la privatización de ambos derechos; ha eleminado la ayuda a la dependencia; ha impuesto el copago farmaceútico, dañando gravemente la economía ya precaria de los mayores; ha estrangulado la economía de las Comunidades Autónomas; ha facilitado el despido a los bancos y a las grandes empresas con una reforma laboral injusta y antisocial que desequilibra gravemente el ámbito laboral; ha reducido las prestaciones de desempleo y ha condenando a muchos españoles a la indigencia; ha aumentado el desempleo en estos primeros meses gobernando tanto como aumentó en todo el año 2011; hoy pagamos el doble de interés (prima de riesgo) que hace un año por el dinero que pedimos....

En fin, este Gobierno inyecta al menos 65.000 millones de euros en el sistema bancario, con garantía de todos, y le quita ese misma cantidad a funcionarios, estudiantes, parados, enfermos, dependientes, jubilados, autónomos, trabajadores y comunidades autónomas.

Se está cumpliendo el sueño de la derecha, seguramente, más reaccionaria de Europa: privatización de los derechos y servicios sociales, apoyo a grandes empresas y bancos y reducción de las competencias autonómicas.

Es evidente que la mayoría de votantes del PP y muchos de sus militantentes están sorprendidos, asustados y se consideran víctimas también de esta política. No es a ellos a quienes critico, aunque deberían mantener en la memoria lo que ocurre. Y, sobre todo, evitar que la propaganda haga más ancha la herida. No en vano, el Gobierno se ha apresurado a controlar férreamente los medios de comunicación públicos y privados e intenta el control de los órganos constitucionales, lo que persigue la aceptación de las medidas injustas como necesarias y el sometimiento ideológico de la mayoría de la población.

Y cada vez menos derechos y cada vez más paro y más diferencia entre los que más tienen y los que más necesitan. Nunca se gobernó tan mal en tan poco tiempo, ni se produjo tanto daño a tanta gente de manera tan injusta. Nunca estuvo tan en peligro el sistema democrático que nos hemos dado. Nunca fue tan evidente que el objetivo de este Gobierno es romper el acuerdo constitucional que conseguimos entre todos los españoles, queriendo imponer una segunda transición profundamente conservadora y dirigida a satisfacer las capas sociales más privilegiadas.

No es el déficit -hay otras vías para reducirlo-, no es la crisis -se sale impulsando politicas de crecimiento-. Es el Gobierno. Este Gobierno.